El acto creador de la dimensión se hace evidente en Albert de una manera dramática y absoluta, definitiva... No existe otro orden en la naturaleza de sus esculturas que aquel que se persigue desde la experimentación intelectual desposeída de esa eternidad con la que sueñan muchos artistas. Evidenciar la "terrenalidad" de los sentidos, dejarse seducir por la materialidad del presente y poder tocar el paso del tiempo...
Resulta incómoda la espera, intranquilizadora y cruel, criar el tiempo necesario hasta hacer posible la descomposición creadora de ese tiempo que discurre ajeno al espacio y a la vez presente desde su ausencia física. Dejar transcurrir el espacio y transformarse en el tiempo, anidar fugazmente como memoria de un proceso. Encerrar el tiempo, apresarlo en un espacio y conseguir que siga manteniendo un pulso, un ritmo temporal, unas coordenadas dinamizadoras. Se trata únicamente de "sentirse naturaleza".
Juan Tárrega |